martes, setiembre 05, 2006

Flor


La rosa en tu rostro y los pétalos rendidos
por la tristeza de una lagrima salada brotada de tu alma.
Tallos sin espinas y una sonrisa desmedida
ilumina mi corazón como plaga de luciérnagas
en la oscuridad de un pensamiento triste,
no hay imagen semejante que haga rendir a mi vida
como la tuya entristecida.


Te llevo siempre en el amor del amor
sobre todo siendo tú el corazón.
El pelo reflejado por la luz del verano intenso
llegando a su ciclo final y mis manos invisible
tomándote y acogiéndote con toda la pasión concentrada en ti.